Como sacado de un cuento, la pequeña ciudad de Brujas es una de las más visitadas por turistas en Bélgica. Su ambiente medieval y conservadas construcciones le dan un toque imperdible para quienes gustan de conocer rincones de ensueño. A partir del año 2000, fue declarada por la Unesco, Patrimonio de la Humanidad.
Navegar a través de sus canales refuerza el ambiente romántico de este lugar, quien visita Brujas debe subir a un bote y hacer este magnífico recorrido; así como también caminar por sus calles empedradas para conocer monumentos e iglesias que enmarcan su paisaje. Y por último no se puede dejar de probar su cerveza y chocolates belgas famosos a nivel mundial.