Cambises II fue un rey de Persia de la dinastía aqueménide, hijo y heredero del fundador del Imperio persa, Ciro II el Grande. Según el historiador griego Heródoto, en rey persa envió un ejército de 50.000 soldados a someter al oráculo de Amón, localizados en el oasis de Siwa. Habiendo atravesado la mitad del desierto que separa el oasis del valle del Nilo, en algún lugar bajo las dunas del desierto occidental de Egipto quedó sepultado el ejército completo por una tormenta de arena.
Muchos investigadores han tratado de encontrar los restos de este ejército durante años, como el francés Théodore, el aviador húngaro László Almásy en quien está basada la novela “El paciente inglés”, y el geólogo Tom Brown al punto de considerar esta historia como una leyenda.
No fue hasta 2009, que los italianos Ángelo y Alfredo Castiglioni aseguraron haber encontrado vestigios sepultados el ejército de Cambises en el desierto del Sáhara, que la historia volvió a cobrar relevancia. Estos arqueólogos opinan que los hombres de Cambises, que supuestamente habían partido de Tebas, no siguieron la ruta lógica sino que decidieron sorprender a los amonios, internándose en el oeste hacia la meseta del Gilf Kebir donde fracasaron en ascender y quedaron enterrados cerca del Gran Mar de Arena, el mortal desierto que rodea Siwa.
Sin embargo el egiptólogo Olaf Kaper no está del todo de acuerdo con esta explicación y atribuye la misteriosa desaparición del ejército a una conjunción de intrigas políticas de esa época. Según Kaper, el ejército en realidad fue derrotado por el enemigo. Al llegar a su destino en el Oasis de Dakhla fue emboscado por las tropas de Petubastis III, el líder rebelde egipcio, quien poco después se coronó como faraón en la capital, Menfis. El silencio alrededor de este fracaso militar, según el investigador, se debió a la intención de conservar el prestigio de Cambises tras su deshonrosa derrota.