El incidente del Paso Dyatlov, llamado así en honor de Igor Dyatlov, líder de una expedición cuyo final fue misterioso, es uno de los enigmas más escalofriantes en la historia. El 25 de enero del año 1959, nueve amigos y excursionistas, todos de menos de 25 años de edad, emprendieron un viaje de esquí y campismo en los montes Urales, entre la República de Komi y Sverdlovosk. Esto fue lo último que se supo de ellos antes de que encontraran a todos sin vida meses después.
La causa de muerte oficial de estos jóvenes fue catalogada como una “poderosa fuerza desconocida” y los documentos de esta investigación fueron guardados secretamente durante décadas. Cuando el expediente al fin fue abierto, se descubrió que varias páginas faltaban y que existían demasiados cabos sueltos.
Los ocho excursionistas eran estudiantes de la Universidad Técnica Estatal de los Urales, e iban acompañados de un guía experto. Entre ellos se encontraban únicamente dos mujeres y el resto eran hombres. Como objetivo tenían el llegar a la montaña Otorten, a través de una ruta de categoría III. A pesar de que esta es una categoría de alta dificultad, no representaba problema para estos valientes viajeros, ya que habían participado en excursiones de la misma dificultad en rutas similares. Inicialmente se trataba de 9 excursionistas, sin embargo, Yuri Yudin se despidió de sus compañeros debido a una enfermedad en Vizhai. Según la versión oficial, los viajeros dejaron algunas pertenencias, como documentos y cámaras en este punto, lo que haría posible su búsqueda y localización posteriormente.
Conforme pasan los días, el clima empeoraba para los muchachos, quienes se pierden debido a la poca visibilidad, desviándose hacia el oeste con destino a la montaña Kholat Syakhl, mejor conocida como la Montaña de la Muerte. En este punto deciden descansar y acampar para seguir su camino en cuanto el clima se los permitiera, sin embargo, esto nunca pudo suceder.
Según los cálculos del líder de la expedición, ellos enviarían un telegrama el 12 de febrero al club deportivo al que pertenecían cuando fueran de regreso, pasando por Vizhai. Pasaron los días y el 20 de febrero los familiares de los chicos son los que avisan de su desaparición para poder iniciar la búsqueda a la que se sumarían el ejército y la policía, con la más alta tecnología y transporte.
El 26 de febrero encontraron el campamento en la Montaña de la Muerte, donde estaba abandonada una casa de campaña medio destruída, pero no había rastros de pertenencias ni de los chicos. Más adelante, siguiendo algunas huellas, encuentran los primeros dos cadáveres, sólo llevan puesto su ropa interior y los restos de sangre indican que intentaban escalar un árbol. 600 metros adelante, encuentran otros tres cuerpos cuya causa de muerte indicaba que era la hipotermia, pero presentaban posiciones que sugerían que se intentaban proteger de algo. Meses más tarde encontraron los cuerpos restantes, sepultados en la nieve y misteriosamente, traían puestas prendas que pertenecían a los otros excursionistas. También encontraron una cámara en el cuello de uno de los chicos, de la que pudieron rescatar algunas fotos; sin embargo, la investigación concluiría que la película se encontraba dañada.
El misterioso desenlace de estos chicos mostraba que varios tenían lesiones mortales como daños en el cráneo. Una de las chicas no tenía costillas, ni lengua y mostraba índices de radioactividad en la ropa. A otro chico le faltaban dientes y todos mostraban lesiones internas, lo cual demostraba que no existió algún tipo de pelea o lucha física. Es por esto que se descartó la posibilidad de que fueran atacados por los indígenas de la región.
Aquel chico que tuvo que renunciar a la expedición debido a una enfermedad, Yuri Yudin, aseguró que cuando lo llamaron a identificar los cuerpos y pertenencias de sus compañeros, identificó ropa militar. Esto lo hizo pensar que militares soviéticos eran responsables de esta tragedia, de alguna manera. Sin embargo, Yudin moriría en 2013 sin saber qué fue lo que le ocurrió a sus amigos en realidad.